En 1805 Inglaterra que estaba en guerra con Francia y España, al vencer quedó dueña de los mares, sobre todo el Atlántico, y en consecuencia las colonias de sus enemigos a merced de sus flotas.
Francia había perdido ya su imperio colonial. No así España, a la que hemos visto, todavía en las postrimerías del siglo XVIII. ¿Qué menos podía esperarse que un ataque a las colonias españolas de América de Inglaterra en 1806 y 1807?
El Almirantazgo británico decidió convencer a los jefes militares para conquistar las posesiones españolas del Río de la Plata para ofrecérselas a su rey.
Para Inglaterra era beneficioso convertir estas colonias en mercados seguros para asegurar sus manufacturas sobre todo textiles, y ser Buenos Aires por su ubicación un buen polo de actividades comerciales.
Por ello la escuadra de Popham ancló en la playa de Quilmes el 25 de Junio de 1806 y sin dilación comenzó el desembarco del ejército, bajo el comando del general Carr Beresford .Un día después las tropas británicas entraban en la ciudad - puerto.
Convencidos de apropiarse de nuevo de Buenos Aires la que habían perdido el 12 de setiembre de 1806, los invasores a las óedenes intentaron una segunda invasión en 1807 a las órdenes de Whitelocke, pero nunca se imaginaron esos días de julio que las calles serían "caminos de la muerte" porque desde cada casa se peleaba tanto con armas de fuego como con agua y aceite en ebullición.
Liniers con la capitulación convirtió a Buenos Aires como reconquistadora de Montevideo.
Todas las embarcaciones inglesas se aprestaron a volver a Gran Bretaña.
Algunos expedicionarios de las huestes invasoras no regresaron con Whitelocke, optando por quedarse al descubrir que en Buenos Aires había gente hospitalaria, mujeres encantadoras y buenas oportunidades.
Tomás Craig, nacido en Irlanda en 1780 fue uno de ellos.
Había llegado a las órdenes de Carr Beresford y después de capitular su comandante, dejando sus sueños y ansias de gloria se retiró de las fuerzas, mezclándose con los pobladores.
Desde otra perspectiva pudo ver que no existían regimientos regulares sino que se creaban cuerpos improvisados integrados por gallegos, catalanes, arribeños, patricios, pardos y morenos, haciendo ejercicios, marchando y obedeciendo órdenes o dejando de trabajar, todos para reprimir una posible segunda invasión.
Así se mantuvo como testigo hasta el arribo a mediados de 1809 del nuevo virrey mandado por la Junta de Sevilla, que era un marino español, Baltasar Hidalgo de Cisneros, quien se hizo cargo del virreinato que dependía de España.
Al enterarse que el rey legítimo Fernando VII estaba preso, en mayo de 1810 se produjo en Buenos Ares la confluencia de varios sectores con ideas distintas sobre el destino de estas tierras, hasta que por actitud resuelta del pueblo se formó el día 25, la Primera Junta, de Gobierno, como un verdadero acto de desintegración de la monarquía.
A partir de esa integración porteña hubo una necesidad militar. De inmediato se ordenó el envío de expediciones a los puntos del ex-virreinato para que la Junta fuese reconocida.
Craig de inmediato se incorporó al Ejército Auxiliar al mando del coronel Ortiz de Ocampo, sirviendo al año siguiente a las órdenes del coronel Pinto.
Más tarde al mando de Díaz Vélez estuvo en las batallas de Tucumán y Salta triunfantes gracias al general Belgrano, y en las de Vilcapugio y Ayohuma.
En ésta en los campos de Ayohuma nuestras tropas sufrieron un nuevo descalabro y donde Craig fue herido, debiendo regresar a Buenos Aires para su restablecimiento.
El 22 de octubre de 1814 cuando Posadas dispuso crear una nueva escuadra confiando el mando al marino irlandés Guillermo Brown, Craig pasó al servicio de nuestra marina.
Actuó en el bloqueo de Montevideo, asistiendo a la victoria del 17 de mayo sobre la escuadra realista y posteriormente fue designado para acompañar a Cochrane.
En el año 20 se llamó a sosiego y en la Banda Oriental trabajaría lejos de las armas, como comisario de policía y juez de paz.
Más al desatarse la guerra entre las Provincias Unidas del Río de la Plata y el Brasil por cuestión de la Banda Oriental, regresó a Buenos Aires ofreciendo sus servicios otra vez a Brown y hallándose en el combate de Costa Brava, luchando contra Rivera y Garibaldi.
Pasaron los años y durante el gobierno rosista, al producirse la intervención anglo -sajona el 20 de noviembre de 1845 en la llamada Vuelta de Obligado, Craig sin dudar hizo volar el "Republicano" al acabársele las municiones.
Luego en otro acto de arriesgo a pulmón atravesó el Paraná para ubicarse en las baterías emplazadas en la costa que seguían atacando a los invasores a las órdenes del coronel Francisco Pinto.
Llevaba en la sangre el fragor de las luchas, obviamente no le importaban los colores del gobierno de turno, pues continuó sirviendo a Rosas, quien en 1850 le asignó el mando de la goleta "Santa Clara" y aún vencido el dictador en Caseros en 1852, cuando partiría rumbo a Inglaterra , quedando Urquiza como protagonista de la nueva etapa se le otorgó la comandancia del bergantín - goleta "Maipú" el que sería capturado por el vapor "Correo" de la Confederación mandado por Luis Cabassa, en las proximidades de la isla Martín García.
El gobernador propietario de Buenos Aires desde el 30 de octubre de 1852, Valentín Alsina, hizo que detentara el grado de sargento mayor de la escuadra de la provincia en honor a sus méritos disculpándole sus tendencias rosistas.
Cinco años después, 1857, anciano y muy deteriorado su físico solicitó su paso al Cuerpo de Inválidos donde moriría en 1863, el 26 de abril a los 83 años después de haber vivido consustanciado con la aventura, l fuego y la muerte .
Bibliografía:
Yabén: Biografías argentinas. Tomo III. Pág. 511 -513.
Cutolo Vicente O: Nuevo diccionario biográfico argentino. Tomo II. Pág. 397.
Craig. Pasaje. Topografía:
Corre de N.a S. desde 600 Bis al 699Bis., entre las calles Juan José Paso 7600 y Av. Brassey.
Se le impuso ese nombre por D. 24564 del 18 de febrero de 1960.
Recuerda al marino irlandés Tomás Craig (1780 - 1863).