Entre los muchos profesionales de otras provincias que residieron en Rosario brindándole todas sus capacidades, se destacó el Dr. Enrique Corbellini.
Nacido en Buenos Aires el 9 de abril de 1872, era hijo de José Corbellini y de Teresa Maraña..
Tras cursar sus estudios preparatorios en el Colegio Nacional de Buenos Aires en 1891 ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
Dotado de una mente clara mientras estudiaba desde 1894 al 96 se desempeñó como ayudante director de la cátedra de Anatomía y como practicante interno en el Hospital de Clínicas José de San Martín.
Como estudiante publicó un trabajo sobre “Algunas consideraciones acerca del cloroformo” en Anales del Círculo Médico, 1896.
En 1897 se graduó con medalla de oro al mejor alumno del país, doctorándose con la tesis titulada “La tiroidectomía en el bocio exoftálmico”, algunas consideraciones sobre la fisiología de la glándula tiroides.
La etiología, naturaleza y patogenia de la enfermedad de Basedow, donde expone las observaciones recogidas en las tres operaciones de bocio con hipertiroidismo realizadas hasta entonces en su país, la tercera de las cuales había sido efectuada por el mismo Corbellini mereciendo los elogios de los destacados cirujanos Enrique Finochietto y Ricardo Finochietto.
Ya recibido continuó en el Clínicas como médico agregado (1898) y jefe de clínica (1899), uno de los más destacados colaboradores del cirujano Antonio Gandolfo.
Al vincularse con este profesor de su tiempo Dr. Gandolfo se entregó durante más de cinco años a la tarea de abordar nuevas técnicas sobre suturación vascular.
En el año 1900 pasó también a desempeñarse en el servicio de cirugía de niños del Hospital San Roque y en 1901 fue nombrado profesor suplente de Clínica Quirúrgica en la Facultad de Medicina.
En esos años llevó a cabo en el laboratorio de Christofredo Jakob (Hospicio de las Mercedes) investigaciones acerca de tumores cerebelosos, las que plasmó en su ensayo Contribución al estudio de la sintomatología y diagnóstico de los tumores del cerebelo, publicado en la Revista de la Sociedad Médica en 1901, convirtiéndose así en uno de los precursores de la neurocirugía argentina.
En 1902 efectuó una intervención quirúrgica por la que amputó simultáneamente la lengua y el maxilar inferior a un paciente con cáncer. La operación, practicada por primera vez en el país, y la técnica creada e implementada con éxito, prestigiaron la carrera de un verdadero genio.
Autor de un ensayo presentado ante la Sociedad Médica Argentina en el que sostenía que la influenza era una causa común de apendicitis, fue el primero en su país en aislar en un preparado el bacilo de Pfeiffe.
Tres años después se desempeñó como cirujano del Hospital San Roque en el área de niños y en Clínica Quirúrgica.
En 1906, en nuestra ciudad se ocupó del servicio de cirugía para hombres en el Hospital Rosario y de cirugía general de mujeres y ginecología hasta 1911, simultáneamente trabajaba en el Hospital de Caridad.
Para el Centenario fue el nervio motor de dos proyectos: la creación de un gran hospital público y la creación de una escuela de medicina, proyecto este último que compartió con Lisandro de la Torre.
Ambos emprendimientos tuvieron realización pues se iniciaron las obras del nosocomio que hoy es la Facultad de Medicina.
Poca fue su estadía en Rosario porque ya en 1912 en la Capital Federal, le ofrecieron ejercer práctica docente en el Círculo Médico Argentino, presentando un proyecto sobre estructuración del profesorado.
Sostuvo la necesidad de incorporar al plan de estudios nuevas materias destinadas a dar a los futuros profesionales nociones de ética, filosofía, praxis perfeccionada y cultura general.
Falleció repentinamente el 19 de enero de 1920 a los 47 años.
Arce en su obra “Historia de la cirugía argentina” pág. 60 y 62 lo describe así: “Era de físico robusto de cabeza leonina cubierta de largos cabellos, de mirada vivaz, boca grande que daba a su sonrisa un aspecto de franca sinceridad y alegría.
Estaba dotado de una inteligencia poco común, de habilidad manual y de una gran fuerza de voluntad para la acción”.
Bibliografía:
Carassa, Eduardo: “El maestro Corbellini.” en el diario La Capital de Rosario, 29 de junio de 1939.
Alvarez, Juan: “Historia de Rosario.” Pág. 586. Buenos Aires 1983.
Corbellini. Pasaje. Topografía:
Corre de E. a O a la altura de Mitre 2900.
Carece de designación oficial.
Recuerda al Dr. Enrique Corbellini (1872-1920) Cirujano y docente argentino. Ingresó en la Facultad de Medicina en 1891 y se graduó en 1897 con medalla de oro. En nuestra ciudad desarrolló una fecunda tarea asistencial y docente siendo designado sucesivamente jefe del servicio de Cirugía de Hombres y Director del Hospital Rosario.