La lucha de los últimos años y la continua tensión de sus nervios, quebrantaron el robusto organismo de Camilo Benso, conde de Cavour y el 29 de mayo de 1861 cuando el Papa había iniciado las negociaciones para establecer la capital del territorio en Roma, un fuerte estado febril lo retuvo en cama, falleciendo ocho días después.
Su inesperado fin produjo hondo pesar en toda Italia, siendo considerada su muerte como duelo nacional, más la tribuna del Parlamento fue cubierta por tres días por un manto negro, paralizándose la Bolsa, el comercio y todo el quehacer nacional. Así se honró la memoria del notable estadista que fundara la unidad italiana.
Había nacido en Turín el 10 de agosto de 1810 en el seno de una familia de la más antigua nobleza del Piamonte. Poco inclinado al estudio en su infancia y poseedor de un carácter rebelde, en su adolescencia sus padres lo ingresaron en la escuela militar de Turín, egresando seis años después con el grado de teniente de ingenieros.
Distinguióse particularmente en una guarnición genovesa para la revolución de 1830, pero faltando a la obediencia debida fue castigado y de inmediato decidió abandonar el ejército.
Como no podía permanecer quieto dedicó su tiempo a administrar su gran patrimonio y simultáneamente a estudiar finanzas. Temática que llegó a dominar en profundidad y que luego aplicaría en su paso por los distintos ministerios.
A los 32 años fundó "La asociación agraria" en cuyo órgano oficial publicó plurales trabajos agrícola - financieros que le dieron fama de incisivo pensador.
Su trabajo más eficiente y de excelente administración para la época fue "Etude des chemis de fer en Italia" que se publicó en la Revue Novelle de París (1847) donde presentaba un plan económico de independencia y unidad nacional. Trabajo que lo haría impopular por no entender su respuesta a la crisis nacional, juzgándolo como liberal, y por otra parte mal visto por los liberales que lo tildaron de aristócrata.
Mientras esto ocurría de un intento a otro por lograr la unificación bajo un régimen republicano, los patriotas cifraron sus esperanzas en una monarquía constitucional: el reino de Cerdeña.
Su rey apoyó la revolución liberal de 1848 declarando la guerra a Austria, y al ser derrotado en Novarra debió abdicar a favor de su hijo Víctor Manuel II, quien continuaría con la política antiaustríaca, contando con el apoyo de nacionalistas y liberales.
En 1852, la corona nombró a Cavour, cabeza del gabinete nacional. Verdadero realizador de la unidad italiana.
La conquista de los índices de producción local fueron sus verdaderos objetivos dirigidos al comercio, el transporte de cargas, el trazado de nuevas carreteras y red ferroviaria. - logros muy significativos para la época, mitad del siglo XIX.
En cuanto al ejército de su país, lo equipó de moderno armamento lo que le permitiría a Italia participar en la guerra de Crimea (1854.)
En 1858 logró que el reino de Cerdeña anexara las tierras del reino Lombardo - Véneto y algunos Estados pontificios; y en enero de 1860 sin respetar algunas claúsulas de la paz de Zurich, acordó anexar Parma, Módena y la Romania.
Pocas tierras quedaban para sumar a su nación cuando se extinguió su vida en 1861.
Bibliografía:
Sapiens: Enciclopedia Ilustrada de la Lengua Castellana. Tomo I. Editorial Sopena 1959.
Cavour. Cortada. Topografía:
Corre de N. a S. desde 300 Bis al 399 Bis, a la altura de Gorriti 3100.
Carece de designación oficial.
Recuerda a Camilo Benso, Conde de Cavour quien luchara por la unificación italiana en el siglo XIX.