Demolón ha dicho con rotundo acierto que "la agricultura es tan vieja como el mundo, o sea tan añeja como la existencia misma del género humano."
Los hombres de todos los pueblos de la tierra agradecidos por sus inmensos beneficios han creído esta actividad como donación divina, explicando su origen en fábulas sentimentales y pintorescas. Así en la India creían que Brahma había criado el primer agricultor, al que donó el toro sagrado para que le ayudara en sus tareas.
En Egipto sustentaban la creencia que la diosa Isis fue quien enseñó al hombre a cultivar la tierra, más en la antigua Grecia atribuían este beneficio a la gentil Deméter.
El culto a la Deméter helénica, importado por las colonias griegas de la Campania, se nacionalizó en los pueblos de Italia, con el nombre genérico latino de Ceres.
Su historia: Deméter en Grecia, hermana de Júpiter, Neptuno, Plutón y Juno, casóse con el primero pero no quiso morar en el Olimpo sino que quiso hacerlo junto a su madre Cibeles, para enseñar a los hombres el arte de cultivar el suelo y recoger sus frutos.
De su unión con Júpiter (padre de los dioses y de los hombres) nació Perséfone que en Roma tomó el nombre de Proserpina, quien ya adolescente mientras jugaba en un prado apareció su tío Plutón o Hades quién en una carrosa tirada la raptó.
Perséfone lanzaba gritos desgarradores que al ser escuchados por su madre ésta se lanzó a una larga peregrinación buscándola, entonces Deméter o Ceres se dirigió de inmediato al Olimpo pidiendo justicia para recobrar a su hija.
Al no ser escuchada en sus lamentos, prometió como diosa de la fecundidad, anular el brote de las mieses del suelo y el cultivo de los granos.
Sobrevino así en toda Grecia un hambre espantosa hasta ser convocada por el dios más poderoso del Olimpo, quien le dijo: "Esposa y hermana, ya que los mortales han agotado el caudal de tus ruegos intercederé ante Plutón para que nuestra hija sea devuelta." Para ello existió un pacto: "Perséfone pasaría tres en la lúgubre mansión de su tío y los nueve meses restantes en el mundo alumbrado por el sol, que simboliza la vida."
Se compara en el mito de Ceres el proceso de germinación, primero el grano permanece enterrado y después sale al aire, la luz y el calor. Perséfone simboliza la espiga, fruto de los cultivos que ha madurado.
Ceres es la deidad que preside el laboreo y los trabajos del campo, más propiamente dicho la agricultura.
El arte en toda su dimensión representa a Ceres como una matrona de porte majestuoso, rostro complaciente y cabellos rubios, vestida con un largo traje de color amarillo aludiendo al color de las mieses.
Bibliografía:
Universitas. Enciclopedia Cultural. Tomo II, Pág. 158 y siguientes. Edición 1959.
Ceres. Cortada. Topografía:
Corred de E. a O. desde 3000 a 3299, a la altura de Av. Francia 2100.
Carece de designación oficial.
Recuerda a la divinidad que presidía el cultivo de granos.
Una población de la provincia de Santa Fe, del departamento San Cristóbal se denomina Ceres. Su principal actividad económica es la agricultura.