La Iglesia Católica estuvo enraizada con nuestra identidad desde el descubrimiento y conquista de las nuevas tierras hasta el movimiento emancipador.
En el histórico Congreso de Tucumán, de los 29 firmantes del acta glorioso del 9 de Julio de 1816, 10 fueron clérigos. Uno de ellos fue el ilustre Pedro Ignacio Castro Barros.
Chuquis, era una perdida aldea provincia riojana, en el departamento de Arauco años nació en ella, el 31 de julio de 1777, Pedro Ignacio Castro Barros. - Año que quedaría marcado en la evolución del mundo, al publicar Lavoisier su teoría de la combustión y el sueco Wilhelm Scheele su descubrimiento del oxígeno. -
Heredó de su madre la fe bretona y una fortaleza física poco común. En Córdoba ingresaría al Colegio Nuestra Señora de Loreto.
En la casa de Trejo estudió dos años latín, tres filosofía y cuatro teología hasta obtener a los 23 años el título de doctor.
Tempranamente en Castro Barros se despertaría la devoción de su fe, la consagración a la patria naciente, como un gran coraje para disentir con la Iglesia en la interpretación del fenómeno independista argentino.
Según Sarmiento al referirse a él expresa en su obra "Recuerdos de Provincia": "Precedíale la fama de gran predicador y durante muchos días me tuvo en febril excitación. Había logrado despertar en mi alma el fanatismo rencoroso que vertía siempre de aquella boca espumosa de cólera, contra los impíos y herejes, a quienes ultrajaba en los términos más innobles. Furibundo, frenético, andaba de pueblo en pueblo encendiendo las pasiones populares contra Rivadavia y la reforma y contra otros como Quiroga a quienes llamaba los Macabeos..."
Continúa Sarmiento:"Su contextura vigorosa (pese a su alta y espigada estatura) le permitió recorrer pueblo tras pueblo sin darse descanso y en ocasiones el trabajo era tanto que el predicador debió reducir el sueño a tres o cuatro horas por día."
Pero la osadía de Castro Barros tenía doble filo: como por ser un sacerdote proveniente de humildes y remotos confines riojanos, arriesgarse a insertarse en el campo político, con ardientes sermones pronunciados en la iglesia matriz de La Rioja.
Según su tesis “Bregar por la libertad sudamericana contra los postulados de la Iglesia católica europea no significaba apartarse de las nuevos campos de la fe de los mayores”.
Y así en 1814 fue incorporado como diputado por su provincia a la Asamblea General Constituyente del año XIII y después en 1816 al Congreso de Tucumán., en los que lucharía con calor por medidas extremas contra los avances del liberalismo, los peligros del unitarismo, la mentalidad regalista y la influencia del jansenismo.
Dentro de ese contexto ideológico se explica su defensa de los derechos individuales y su cuidadosa diferenciación entre las acciones de la Iglesia y del Estado, sin abdicar por ello de la prelación jerárquica de Roma.
“Pero su doble condición de prelado y legislador no le otorgaría inmunidad para caer víctima de las guerras civiles, dos veces en manos de las montoneras de Estanislao López: en 1817, y en 1830 al ser apresado también José María Paz, quien lo había protegido para ocupar la vicaría capitular cordobesa” - clarifica Alonso Piñeiro.
Llegaría pronto el casi inevitable camino del exilio. Montevideo y Santiago de Chile lo vieron con su profunda fe religiosa.
A pesar de la vejez continuaba con los excesos de fanatismo de la primera época de sus predicaciones más esperando que cesara la tiranía de Rosas, hasta que la muerte lo sorprendió a los 72 años, dando reposo a aquella vida agitada por tantas pasiones.
Su deceso se produjo el 17 de abril de 1849 y el homenaje rendido por el pueblo trasandino fue apoteótico.
Al cumplirse el centenario de su desaparición, el clero argentino mandó construir un mausoleo en la Catedral de La Rioja, que conserva sus despojos.
Según Vicente Cutolo en su "Nuevo diccionario biográfico" Tomo II, pág. 240 - 241, dice: Su posición frente a las discordias civiles está fijada en estas palabras suyas: "Yo pregono a la faz del mundo que no he sido, no soy, ni seré jamás monarquista, unitario, federal, sino sólo patriota constitucional católico romano, bajo la forma de gobierno que dictare y promulgare la mayoría de nuestros pueblos por sí mismos o por el órgano de sus representantes."
Bibliografía:
Enunciada en el texto.
Tonda Américo A : "Castro Barros". Córdoba, 1949.
Castro Barros. Calle. Topografía:
Corre de N. a S. desde 4900 al 5600, a la altura de Lamadrid 00. Barrio Sáenz Peña.
Se le impuso ese nombre por Ord. 25 de 1920.
Recuerda al sacerdote patriota llamado así (1877 - 1949), ardoroso luchador de nuestra historia grande.