BRUCH CARLOS (1873 – 1943)

Fue el último de los sobrevivientes del grupo de científicos que crearon y estructuraron el Museo de La Plata.


Reitero:”Carlos Bruch formó parte de ese grupo selecto de investigadores en quien confió el fundador y primer director del Museo de La Plata, Francisco P. Moreno, para organizar sus colecciones”.


Había nacido en el Reino de Baviera, poco tiempo antes de la unificación alemana, donde realizó sus estudios primarios (Munich) y secundarios (Nuremberg), los cuales se vio obligado a interrumpir en 1883, para ayudar a su padre en el taller de fotografía, fototipia y grabados.


A fines de 1887 y luego de vender su taller de imprenta en Munich, Christian Bruch (1842-1905) y su hijo Carlos, de 18 años, se embarcaron rumbo a la Argentina. Debido a la formación adquirida en los procedimientos gráficos, habían sido contratados por la Compañía Sudamericana de Billetes de Banco, con sede en Buenos Aires.


Y es por esos años que inició sus  estudios paleontológicos leyendo sistemáticamente los trabajos de Cuvier, Lennes y Lamarck que tenía a su alcance para completar su ansiedad científica.


Al enterarse de que el Museo de La Plata, aún en construcción, buscaba un joven capacitado en la disciplina fotográfica, Carlos no dudó en presentarse ante Francisco P. Moreno, quien decidió incorporarlo para instalar y dirigir la imprenta de la institución..


En el período comprendido entre 1888 y 1891, Christian y Carlos Bruch colaboraron en la instalación y dirección de la imprenta del Museo que comenzaría a funcionar plenamente a principios de 1891. 


Una vez organizados los talleres gráficos, se imprimieron por primera vez, la Revista y los Anales del Museo de La Plata con sus correspondientes grabados. De este modo, los Bruch contribuyeron a materializar uno de los objetivos originales de Moreno, que fue editar publicaciones científicas con calidad gráfica de primer nivel. Carlos Bruch fue el primero en emplear en nuestro país la fototipia.

Este proceso de reproducción fotomecánica, también conocido como fotolitografía, comenzó a utilizarse en la segunda mitad del siglo XIX. Fue desarrollado en 1855 por Alphonse-Louise Poitevin y consistía en recubrir una piedra litográfica con albúmina bicromatada y exponerla bajo la luz de un negativo.

Luego de lavar la albúmina no endurecida, se imprimía con la piedra, usando una prensa litográfica convencional.


En la primera fototipia que se hizo en la Argentina, está representado el frontispicio del Museo de La Plata, en el tomo I de la revista.


Desde muy joven, demostró su inclinación por la historia natural, particularmente por los insectos y las plantas. Su afición por los insectos había comenzado en Alemania, donde reunió una pequeña colección que trajo a la Argentina y acrecentó con numerosas colectas realizadas en diferentes áreas de nuestro país.


El primer viaje de colecta en territorio argentino lo realizó en 1894, cuando F. Moreno le solicitó que lo acompañara en sus tareas de la Comisión de Límites con Chile.


Posteriormente, recorrió el Paraguay y varias provincias argentinas tanto del norte (Jujuy, Catamarca, Salta, Tucumán y Misiones), como del sur (Neuquén y Río Negro); además del Chaco santafecino, las sierras de Córdoba, San Luis, Tandil y Ventana (Birabén, 1943). Estos viajes le permitieron acrecentar su colección de insectos y realizar importantes observaciones biológicas, no solo en el campo de la entomología, sino también en otras áreas de las ciencias naturales como la ornitología, la arqueología y la etnografía.


A fines de 1895, Bruch donó al Museo de La Plata su colección de coleópteros, conformada por 50.000 ejemplares, y sin abandonar sus obligaciones en los talleres de publicaciones, trabajaba en forma gratuita en la colección entomológica del museo, en cuya planta no había ningún empleado para realizar esta tarea.


Un año más tarde, Moreno lo nombró Encargado Honorario de la Subsección de Entomología del Instituto del Museo, la cual derivó posteriormente en la actual División Entomología del Museo de La Plata.

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En ese mismo año inició un primer periplo de explotación a Andalgalá y Hualpi, Catamarca, donde recogió ejemplares de fauna y flora regionales como piezas arqueológicas, tomando  apuntes y dibujos sobre las ruinas y sepulturas antiguas. Dos años más tarde se dirige hacia la Patagonia junto a Leo Wehuli, donde en Neuquén cumplieron profundas investigaciones.


De regreso, en 1900, se le designó encargado de la sección zoológica del Museo. En 1904 con Moreno y Steinmann exploró la Puna de Jujuy, Misiones y Paraguay. Tucumán y Catamarca en 1907 y 1908 y posteriormente otra vez Andalgalá.

Después del retiro del doctor Fernando Lahille en 1900, fue designado Jefe de la Sección Zoología, y, al incorporarse el Museo a la Universidad Nacional de La Plata en 1906, fue nombrado profesor de Zoología.


En 1910, se lo nombró profesor titular a cargo de la enseñanza de la Entomología y la Zoogeografía y comenzó a dictar un curso de fotografía aplicada a las ciencias naturales.


Estas actividades las desarrolló hasta el momento de su jubilación, después de 33 años de trabajo fecundo en la institución.

En 1914 continuó con sus rutas de exploración en provincias de Buenos Aires, en las sierras de Tandil y de la Ventana.


Sus viajes le permitieron ampliar su colección de insectos a la que por entero se dedicaba, así reunió unas dos mil cien especies típicas argentinas aparte de las siete mil piezas de coleópteros. Su tarea no sólo se limitó a observaciones biológicas de coleópteros y hormigas sino que se vinculó con sabios europeos.


El inventario de la colección entomológica de C. Bruch, hasta 1932, incluía 360 cajas con 55.780 ejemplares de coleópteros, himenópteros formícidos y neurópteros; además de unos 2.000 ejemplares de otros órdenes de insectos (Lizer y Trelles, 1937). En la actualidad, esta colección se halla en el Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia" de la ciudad de Buenos Aires, en los muebles originales en que Bruch la conservó en su casa de Vicente López  hasta su muerte.

Pertinaz, voluntarioso, poco sensual casi austero careció de la felicidad común,  la felicidad de aquél que ve pasar la vida en busca de cosas materiales, por el contrario esgrimía la responsabilidad como un sable mientras su ansiedad de descubrimientos era grandiosa.


Muy simple en la oratoria con sus discípulos en las cátedras que dictaba en la Universidad de la Plata, Bruch hizo gala de conocimientos profundos sobre las leyes que rigen los fenómenos biológicos de la naturaleza.


Con el prestigio de su docencia se hizo conocer en todo el mundo científico, honrando a la ciencia argentina, al  descubrir  especies zoológicas nuevas hasta entonces desconocidas  por naturistas locales y extranjeros.


La Universidad de la Plata lo designó Doctor Honoris causa en Ciencias Naturales. 


A los 74 años, en Vicente López, provincia de Buenos Aires fallecía Carlos Bruch, el 3 de julio de 1943.

 

Bibliografía:
Babbini José: "Evolución del pensamiento científico en la Argentina". Cap."Estímulo de estudios astronómicos y museos científicos" en historia de Levillier.Tomo V. Buenos Aires. 1968.

Bruch Carlos. Pasaje. Topografía:
Corre de N. a S. desde 5400 hasta 5699 a la altura de Av. Arijón 3100.
Se le impuso ese nombre por D. 21924 del año 1958.
Recuerda al entomólogo Carlos Bruch (1873 - 1943), figura descollante dentro de los naturalistas locales y extranjeros.
En 2013, se cumplieron 70 años de la desaparición física de uno de los pioneros de la Entomología argentina, Carlos Bruch (1869-1943), quien no solamente legó a las futuras generaciones de entomólogos numerosas contribuciones científicas, sino también sus valiosísimas colecciones de insectos, preservadas actualmente en el Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia"(MACN) y en el Museo de la Plata (MLP).