Arqueología, etimológicamente significa "estudio de lo antiguo".
A finales del siglo XVIII, el término se va limitando al estudio de las civilizaciones antiguas.
Con mejor criterio se entiende por arqueología, un método científico utilizable para descubrir las obras del hombre a través del tiempo.
Sentadas las bases de la arqueología como ciencia, en el siglo XIX se desarrolló una constante actividad de descubrimientos y excavaciones que prosiguieron en el siglo XX con técnicas más depuradas.
Los restos de las etnias pre e históricas son abundantes en el inmenso ámbito territorial argentino, constituyendo la atracción de consagrados arqueólogos del Viejo Mundo.
Esto ocurrió con el estudioso Eric Boman, nacido en Falum, Dalecarlia (Suecia), el 5 de junio de 1867, hijo de Don Lars Erik Boman, consagrado ingeniero.
Desde muy joven sintió predisposición no hacia la carrera de su padre sino hacia los estudios etnográficos y arqueológicos de las tierras descubiertas por Colón. Fue así como en 1888 se embarcó hacia el Río de la Plata, internándose después en las selvas de Chaco.
Esa tierra le ofreció particulares dificultades, a causa de: la multiplicidad de tribus que lo habitaban, cada una con sus características propias, conformando un mosaico heterogéneo y complejo.
Durante el período presidencial de Juárez Celman fue designado profesor del Colegio Nacional de Catamarca, la que convirtió en el centro de sus actividades científicas, lanzándose a viajes y excavaciones en esa región del noroeste donde habitaron las principales culturas de nuestra geografía derivadas de los mayores centros andinos como fueron los incas.
Fue Boman uno de los más laboriosos cultores de esa ciencia en terrenos áridos, inhóspitos, suelos de cardón ocupados hace una parva de siglos por comunidades, que en su obstinada hostilidad, y su desconfianza a cualquier intento de modificación de sus costumbres ancestrales hicieron que desaparecieran dejando rastros escondidos.
Boman abandonó un día las cátedras por motivos políticos locales y en 1901 realizó un primer viaje como miembro de la misión sueca dirigida por Erland Nordenekiöld hacia las provincias de Salta y Jujuy llegando hasta Bolivia.
En las soledades de la puna jujeña halló un cementerio con urnas funerarias diaguitas en el arroyo del Medio, en el departamento de Santa Bárbara (Jujuy) hallazgo que asentó en una monografía.
Estudió en profundidad el pueblo diaguita; sus antigüedades y otros hallazgos hicieron que llegara a la conclusión que era una raza compacta con sentido de unidad.
Al año siguiente pasó a integrar otra nueva misión, la del marqués de Crequi Montfort Senechal de la Grange abordando otra vez Salta y sus alrededores, quedando anonadado ante el sobrecogedor paisaje de encadenadas cimas nevadas y los oasis inter montanos donde se gestaron capítulos relevantes de nuestra historia, habitado también por diaguitas.
Su obra "Antiguités de la región andina de la República Argentina et du disert d' Atacama" sirvió de base para una publicación que realizó en Paris en 1904 y otra "L' Homme Prehistorique" en 1908.
Es la síntesis de lo obtenido en sus viajes y el grado de cultura de las poblaciones prehistóricas e históricas del noroeste argentino.
Bibliografía:
Piccirilli Romay y Giannello: "Diccionario Histórico Argentino. Tomo I, Pág. 617.
Cutolo Vicente O.: "Nuevo diccionario biográfico argentino." Tomo I. Pág. 489.
Boman. Pasaje. Topografía:
Corre de E. a o. desde 2900 al 3699, a la altura deOvidio Lagos 5100.
Se le impuso ese nombre por D. N° 24209 del año 1959.
Recuerda a Eric Boman (1867 - 1924), uno de los mejores arqueólogos mundiales, llegado a nuestro país en 1888.