Cada región geográfica se puede asociar con algún signo particular que los caracteriza así al mencionar el nombre de Australia nos parece en una primera asociación de ideas la imagen del canguro.
En efecto al arribar a playas australianas es común ver aparecer una multitud de esos pintorescos animales saltando de un lado para otro con sus graciosas crías asomadas en el marsupio materno.
Australia, la isla de mayor área territorial del planeta, forma parte de Oceanía llamada el continente novísimo por ser el último descubierto por los europeos.
El primer explorador de esas tierras fue el navegante inglés, cuando en 1770 tomó posesión de ellas en nombre de Gran Bretaña.
En 1788 la monarquía inglesa optó por establecer un penal mandando una nave con 750 presos quienes desembarcaron en una magnífica bahía donde hoy se levanta la ciudad de Sydney.
La exploración y colonización de la Gran isla de Australia se inició en 1851 cuando se descubrieron las minas de oros en el estado de Victoria.
Este descubrimiento atrajo grande contingentes de inmigrantes que allí fundaron ciudades y pueblos, arraigando la civilización europeas. Así los habitantes aborígenes se fueron replegando en las zonas más interiores del continente a medida que arrancaba la colonización de los blancos, persistiendo en la actualidad unos 35.000 en la región de la meseta, grupos humanos parecidos a las sociedades europeas o americanas en la edad de Piedra.
En la actualidad Australia constituye una federación de sus Estados, un territorio y distrito federal, con el nombre de Commowealth of Australia, constituida en 1901, que forma parte del Imperio Británico.
Las ciudades australianas tienen todas un aspecto moderno, hay en las grandes urbes se ven palacios y rascacielos, mientras en los barrios periféricos aparecen pequeñas villas rodeadas de jardines al estilo inglés.
Faltan monumentos antiguos y edificios históricos, aunque la postura de los edificios públicos más los paseos arbolados dan a las ciudades una fisionomía muy singular.
Vicente Verdu en su artículo del diario El país de Madrid, setiembre de 2000, hace la siguiente reflexión sobre Australia:
"Cuando el mundo había agotado su oferta de paraísos sociales, sobreviene la oferta australiana.
Durante siglos Australia se hallaba tan sólo presente como un dibujo neutro en el mapamundi, sin palpitación ni densidad alguna. Más que un exótico lugar se trataba de un garabato mudo. Los últimos años del siglo XX han contribuido, sin embargo, a producir una fragmentaria realidad mediante algunas partículas venidas desde allí: desde el turismo hasta los juegos Olímpicos, desde una top model a un galán, desde una marca a un libro, desde una irrisión étnica con miles de waanyis hasta los finalistas de la Copa Davis.
Australia es el otro mundo: el lugar donde las Navidades coinciden con la virgen de la Asunción, la noche con el día, el derecho con el revés, la izquierda con la derecha, lo de arriba con lo de abajo. Australia es el paraíso blanco, es un limbo, compuesto incluso por desiertos absolutos, ornitorrincos y ciclones, 40 millones de canguros y 350 millones de conejos.
Para llegar a Australia son precisas 24 horas de viaje, el tiempo exacto en que se cumple el ciclo vital o la circunferencia por la que se cruza de una realidad a una quimera, de una vigilia al sueño. Todas las ciudades importantes del planeta se encuentran a interminables distancias de Sydney: 15.980 kilómetros hasta New York; 14.480 hasta Moscú; 13.500 hasta Río de Janeiro y 17.700 hasta Madrid.
Todo está como si Australia perteneciera a una especial naturaleza terrenal, el punto de paso entre lo conocido y lo inefable, el presente y la longitud del porvenir. El siglo XXI empieza con los Juegos emergiendo desde Australia como si comenzara una nueva temporalidad irreal".
Bibliografía:
Universitas Enciclopedia Cultural.“El continente novísimo”.Tomo III. Salvat Editores.
Australia. Pasaje. Topografía:
Corre de N. a S. entre el pasaje Huergo y la calle 1º de Mayo, desde la Avenida Uriburu a la Calle Estado de Israel.
Se encuentra en el barrio Saénz Peña.
Carece de designación oficial y recuerda al país de ese nombre.