ARTILLEROS

La primera  Invasión Inglesa en junio de 1806  a Buenos Aires, por entonces capital  del Virreinato del Río de la Plata, resultó una operación fácil pues la aldea  se hallaba  indefensa con sólo bandera izada en la Fortaleza mientras su gente no salía del asombro y la vergüenza.

Pero la reacción no se demoró y comenzaron  a formarse batallones de voluntarios; cuerpos que se organizaron por regiones hispánicas, como vizcaínos, gallegos, andaluces, catalanes o mirones, más los integrados por hombres naturales  de la ciudad: criollos, mestizos, mulatos y  negros.
El Deán Funes en su Ensayo, describe la composición de éstos así: “soldados rasos y  hombres acaudalados bajo las órdenes de un pobre labrador, y ver al negro valiente, en la misma fila, hombro a hombro  con el amo”.

ARTILLEROS: El Cuerpo de Voluntarios Artilleros de la Unión o Cuerpo de Voluntarios Patriotas de la Unión fue una de esas unidades milicianas creadas en Buenos Aires después de la ocupación británica a Buenos Aires 1806 en junio  de 1806.


El 8 de julio se realizó en la casa del comerciante Martín de Álzaga una reunión en la que participaron el ingeniero Felipe de Sentenach, José Fornaguera y Anselmo Sáenz Valiente.


En esa junta resolvieron reclutar hombres y armas para reconquistar la ciudad, planificando un Regimiento de Voluntarios Patriotas. Conspirando contra los ocupantes británicos, Álzaga logró reunir centenares de armas e instalar talleres para su reparación. Alquiló en secreto una casa que daba a la Plaza Mayor, y desde allí se cavó un túnel siguiendo el plan de Sentenach para intentar volar el fuerte de Buenos Aires, y otro para volar el cuartel de La Ranchería.

Para el reclutamiento de voluntarios fueron encargados el sargento retirado Juan Trigo y al cadete de milicias Juan Vázquez, y actuaban 4 jefes de sección, cada uno con 5 cabos de grupo, los que tenían a su mando 25 hombres cada uno, totalizando 4 secciones de 125 hombres.


Alquiló también Álzaga la chacra de Perdriel donde los voluntarios se entrenaban por turnos, y donde se reunieron fuerzas de caballería reclutadas por Juan Martín de Pueyrredón.

Fueron  organizados y uniformados por el Cabildo de Buenos Aires, que pagó sus sueldos a partir del 9 de octubre de 1806.

 

Cuando el 10 de agosto las fuerzas españolas procedentes de Montevideo al mando de Santiago de Liniers se acercaban a Buenos Aires, Sentenach, Tomás Valencia y Juan de Dios Dozo, le ofrecieron su colaboración en nombre de los 600 voluntarios que habían logrado reunir para que los admitiese como parte del ejército a su mando con la denominación de Voluntarios Patriotas de la Unión por haber entre ellos criollos y españoles, que llevarían como distintivo una cinta roja y blanca en los sombreros.

 

Casi en tiempo  simultáneo llegaron tropas inglesas del Regimiento Nº71 Highlanders que dispersaron a los voluntarios (combate de  Perdriel), siendo los conducidos por Cerpa y por Antonio Cuevas quienes sostuvieron la bandera española e hicieron frente al ataque.

También en 1807,  participaron activamente en el combate de Miserere (2 de julio) y en el ataque a la ciudad, el 7 de julio,  a las órdenes de Felipe de Sentenach, socorriendo a los miñones en las inmediaciones de la iglesia de la Merced, desalojando a los británicos de la plazuela de la Merced.

Los combates cuerpo a cuerpo se sucedieron y fueron estos voluntarios los primeros en ingresar a la Plaza Mayor por la esquina de las actuales Avenida Rivadavia y Reconquista, acorralando finalmente a las tropas británicas dentro del fuerte, en donde finalmente se rindieron.


En esa acción, el batallón de la Unión tuvo 9 muertos, entre ellos el librero Tomás Valencia y 30 heridos.

 Vale decir que después de la primera invasión, a los cuarenta y cinco días fue reconquistada la ciudad heroicamente, siendo los  agresores  derrotados y puestos  prisioneros.

Álzaga hizo valer sus influencias y el 7 de octubre de 1807 el Cabildo recibió un oficio de Liniers admitiendo al servicio el Cuerpo Voluntarios  Patriotas de  La Unión, pero reduciendo su efectivo a 455 hombres distribuidos en 7 compañías de artillería de 65 plazas incluyendo sargentos y cabos.


El batallón quedó agregado al Real Cuerpo de Artillería, bajo dependencia de su comandante el teniente coronel Francisco Agustini.
A partir del 1 de noviembre de 1808 Liniers lo incorporó a la milicia permanente, cesando de estar a cargo del Cabildo.

Batallón de Artillería Volante: A causa de la asonada de Álzaga ocurrida el 1 de enero de 1809 el 11 de septiembre de 1809 el nuevo virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, mediante una providencia reorganizó los cuerpos urbanos de Buenos Aires:


Artículo 2°: Un batallón de Granaderos, de seis compañías, con igual fuerza en ellas que las anteriores y la misma Plana Mayor.
Artículo 3°: Un batallón de Artillería Volante, en igual fuerza y números de compañías que el antecedente.


Como consecuencia de las reformas de Cisneros el Cuerpo de Artilleros pasó a llamarse Batallón de Artillería Volante, quedando reducido a 6 compañías, pasando a integrar el ejército de las Provincias Unidas del Río de la Plata a partir de la Revolución de Mayo de 1810.
Vestían los soldados uniforme azul con vivos blancos, peto encarnado con sahckó azul de penacho rojo y celeste y bota granadera.
En julio de 1810 la Artillería Volante contaba con 48 cañones y 16 obuses de 6 pulgadas y en agosto tenía 343 soldados.

Desapareció el 1° de septiembre de 1810 al ser subsumida en el Real Cuerpo de Artillería, al que estaba agregada desde su creación.

 

 

 

Bibliografía:

Pearson  Isaac R:  Las invasiones inglesas. Narraciones históricas americanas. Pág. 116. Editor: Litografía e Imprenta. Méjico, 1901

Revista militar. Colaborador: Círculo Militar (Buenos Aires, Argentina). Pág. 55. Editor: Círculo Militar Argentino. 1961.

Beverina  Juan: Las invasiones inglesas al Río de la Plata (1806-1807). Volumen 2. Pág. 82. Taller gráfico de L. Bernard, 1939.

 

Artilleros. Calle. Topografía:

Corre de E. a O. al S. de la calle Lambaré, desde la calle Donizetti a la de Antequera, en el barrio Casas.

Se le dio ese nombre por D.  21748 del año 1958, en recuerdo de las compañías que integraron los ejércitos de la Independencia.

Con anterioridad era conocida por calle B. 

Recuerda a uno de los primeros cuerpos de Ejército integrados durante las invasiones inglesas, para la defensa de Buenos Aires.

Esta unidad organizada por el Cabildo se le llamó Cuerpo de Voluntarios Artilleros de la “Unión”, siendo equipada y pagada por fondos municipales.