ANTEQUERA Y CASTRO JOSÉ DE (1690 - 1731)

Diego de Reyes Balmaceda obtuvo el poder por cesión de Antonio Victoria, de Asunción del Paraguay, el 6 de febrero de 1717. Pocos días después ordenó la matanza de los indios payaguaes establecidos en Tacumbú bajo el amparo de la ciudad.


Lo hizo en represalia por atropellos que otros indios de su misma raza habían cometido contra los jesuitas, de quienes Reyes Balmaceda era partidario.


En vez de repartir los sobrevivientes entre los vecinos de Asunción, los envió a las Misiones.


Entonces la Audiencia destacó en el Paraguay como juez pesquisidor al doctor José de Antequera y Castro, jurista, poeta y hombre de mundo, quien pronto se dejó ganar por las corrientes populares contrarias a don Diego de Reyes, en razón no tanto por sus desaciertos sino del gran apoyo que recibía de los jesuitas.


“Nos dice Efraím Cardozo en la Historia de Levillier Tomo II. En el ejercicio del poder adquirió popularidad y obtuvo el apoyo de criollos prestigiosos. El 14 de setiembre de 1721, Antequera suspendió a Reyes, lo tomó preso y se consagró él mismo como gobernador, conforme al poder que le había conferido la Audiencia de Charcas”.


José Miguel Jesús de Antequera y Castro  nació en la ciudad de Panamá, 1 de enero de 1689  y falleció en  Lima, 5 de julio de 1731, Caballero de la Orden de Alcántara, fue un criollo panameño de ilustre linaje que ocupó varios cargos en la administración colonial.


Estudió en la Real y Pontificia Universidad de San Javier en Panamá.


Su primer puesto en la administración colonial fue el de Oidor de la Real Audiencia de Charcas. Después se trasladó a España donde permaneció varios años.


En el año 1721 regresó a América y, siendo fiscal de la Audiencia de Charcas, ejerció sus atribuciones de “juez pesquisidor” en Paraguay, con el objetivo de solucionar los problemas entre el pueblo paraguayo y el gobernador de Asunción, Diego de los Reyes.


Su misión en Paraguay tendrá un diferente resultado ya que abrazará la causa paraguaya y destituirá al gobernador ocupando él mismo dicho cargo, en contra de lo dispuesto desde Lima. Este hecho inició la Revolución Comunera.


 Les decía al pueblo “Defended, hijos del Paraguay, la religión católica que peligra en esta tierra, movida por teatinos no sólo traidores al Rey, sino herejes declarados. Defended la Patria contra los que quiere usurpar y hacerse dueños de las haciendas de todos y pasar después a haceros esclavos, bien que espero no han de poder conseguir en cuanto yo gobernase.”


En la Asunción se adoptaron violentas determinaciones. La ira popular se descargó sobre los jesuitas, cuya extinción se decretó así como la muerte de Reyes y su familia en caso de derrota.


Antequera expulsó a los jesuitas del territorio guaraní en 1724, lo que provocó que el virrey del Perú, José de Armendáriz, encomendara su captura a una expedición militar comandada por el gobernador del Río de la Plata, Bruno Mauricio de Zabala quien  con ayuda de los hispánicos con fuerzas poderosas en hombres y armamentos, lo derrotó el 5 de mayo.


Antequera huyó a Córdoba del Tucumán, refugiándose en un convento franciscano, y luego partió clandestinamente hacia Lima, en donde fue capturado en 1726. Allí conoció en la cárcel a Fernando de Mompox.


Al finalizar su proceso, que duró cinco años, fue finalmente condenado a muerte y ahorcado en medio de una trifulca en la Plaza de Armas de Lima el 5 de julio de 1731.


Su principal premisa era que el pueblo tenía derecho a elegir a sus gobernantes, así el que gobernaba no lo hacía bien.


Este fue el motivo ocasional de los disturbios que conmovieron a la Provincia hasta 1735 y que son conocidos con el nombre de “Revolución de los Comuneros".


Después de su muerte ganó una gran batalla: el reconocimiento americano de su valor y valer, cuando se necesitaba coraje para proclamar que la voz del pueblo era superior a la autoridad del rey.

 

 

 

Bibliografía:

Lozano: “Historia de las revoluciones de la Provincia del Paraguay” Pág. 180.

Díaz Pérez: “Las comunidades peninsulares en su relación con los levantamientos comuneros americanos y en especial con la Revolución comunera del Paraguay.”

Pasdell M: “Historia de los comuneros”. Pág. 458 y 467.

 

Antequera y Castro.  Cortada. Topografía:

Corre de N. a S. desde Sorrento hasta Artilleros, en el barrio Empalme Graneros.

Se le impuso el nombre por D. 21677 del año 1958.

Recuerda al juez pesquisador, José de Antequera y Castro, quien en Asunción del Paraguay defendió a las masas populares que pretendías tener derecho a protestar contra el despotismo del rey de España (1720 a 1730).