“El clero, lógicamente estuvo con el pueblo de Mayo de 1810, en su querer y sentir, y si estuvo casi sin excepción con los sucesos de 1810 fue también evolucionando y es sabido, como de los 29 que pusieron sus firmas en el Acta de Declaración de la Independencia, el 9 de Julio de 1816, 11 eran sacerdotes” – dice Guillermo Furlong en Historia Argentina de Levillier.
Nació en Buenos Aires, el 13 de octubre de 1775. Era hijo de Ramón de Anchoris y de María Magdalena de Solá e Indá, hermana del presbítero Juan Nepomuceno Solá. Estudio en el Real Colegio de San Carlos.
Siguió después Teología en la Universidad de Charcas, donde se ordenó sacerdote y se recibió de doctor en jurisprudencia en la Universidad de Chuquisaca (1800). Trasladado al Cuzco, optó el grado de Licenciado en Derecho Canónico en la Universidad de San Antonio Abad, el 16 de julio de 1805.
Se radicó en Lima, donde fue secretario del arzobispado hasta 1810. Enterado de los hechos de Mayo, siendo partidario de la emancipación, decidió volver a Buenos Aires.
Radicado en Lima como sacristán mayor de la Parroquia de San Lazaro Presbítero y mayordomo (secretario) del arzobispo de esa ciudad, monseñor Bartolome María de las Heras, se enteró de la Revolución de Mayo y quiso regresar a Buenos Aires para unirse a ella.
El 18 de septiembre de 1810 fue aprehendido por orden del virrey del Perú, Abascal junto con el doctor Mariano Pérez de Saravia, el cura de San Sebastián, Cecilio Tagle y un hermano suyo, los comerciantes Minondo y López, el italiano José Boquí, su hijo adoptivo José Antonio Miralla, el impresor Guillermo del Río y otros, todos acusados de conspiración y fueron penados con el destierro y la confiscación de sus bienes.
Lo envió a España, a disposición del Consejo de la Regencia.
Permaneció varios años encarcelado en Cádiz .
Elevó al Consejo de Regencia un memorial pidiendo se le absolviesen los cargos que motivaban su destierro y el consejo declaró que de los autos no se seguía perjuicio alguno por lo que concedió su libertad, pero al mismo tiempo resolvió que no volviera a América sin licencia especial.
En Cádiz se integró a la Logia Caballeros Racionales N° 3 dirigida por Carlos María de Alvear a quien reemplazó en 1811. Eran también miembros entre otros José Matías Zapiola, Francisco de Gurruchaga, el general peruano José Rivadeneira y Tejada que "habían tenido relación con la anteriormente citada de la "Gran Reunión Americana", y, a su vez, estaban en estrecho contacto con diversos "hermanos" bonaerenses, tales como Pueyrredón, Lezica y Rodríguez Peña". Más allá de algunas fórmulas masónicas, la sociedad era puramente operativa.
Al quedar libre se vinculó con el Gral. Miranda y otros patriotas revolucionarios. Recorrió Europa, contactándose, entre otros, con José de San Martín.
Regresó a Buenos Aires en 1813 y se unió a la Logia Lautaro; ésta consiguió su elección como diputado por Entre Ríos a la Asamblea del año XIII, en la que tuvo un destacado papel, ejerciendo la presidencia en varias ocasiones, y apoyó la política de Carlos María de Alvear; consiguió evitar la expulsión a la caída de éste, y fue opositor a su sucesor como Director Supremo, Ignacio Álvarez Thomas.
Participó de la Asamblea del Año XIII. Autorizó el primer Reglamento para la Administración de Justicia e integró la comisión para la fundación del Colegio Militar.
En 1816 fue miembro de la Junta de Observación y fue uno de los promotores del la revuelta que provocó la caída del nuevo Director, Antonio González Balcarce. Apoyó a su sucesor, Juan Martín de Pueyrredón, y se unió a su nueva Logia. Ocupó cargos públicos secundarios hasta la crisis del año 1820.
Por ello Ramón Anchoris, no estuvo en el Congreso de Tucumán siendo por entonces un hombre consagrado a Dios y a los asuntos de la Patria.
En 1821 participó en la primera revolución dirigida por el ex ministro Tagle contra el ministerio de Bernardino Rivadavia y sus reformas. Se estableció brevemente en Chile ejerciendo la abogacía, tras lo que volvió a Buenos Aires dedicándose al periodismo. Permaneció en la capital y atacó duramente su gobierno desde la prensa.
Últimos años: Entre 1824 y 1829 fue uno de los periodistas que con más rigor y tenacidad atacaron el sistema unitario desde el diario porteño Causa celebre de Buenos Aires.
Por compartir sus adversarios más que por identidad ideológica, se unió al partido federal de Manuel Dorrego. Junto con su hermano Gabino, eran los dueños de una de las pocas prensas de Buenos Aires, la Imprenta de la Independencia, en la que se imprimieron muchos de los periódicos federales.
Apoyó al gobierno de Dorrego y fue arrestado después de la revolución del general Juan Lavalle; su imprenta fue incautada por el gobierno.
En 1830 el gobierno ordenó la prisión del editor y el secuestro de los ejemplares de la publicación titulada Nueva Época de Buenos Aires.
El 6 de abril debido a que Anchoris se hallaba gravemente enfermo se le permitió pasar a su casa. Murió en Buenos Aires en 1831.
Bibliografía
De Marco, Miguel Ángel, Historia del periodismo argentino, Ed. Educa, Bs. As., 2006. ISBN 987- 1190-50-6
Segreti, Carlos S. A., La aurora de la Independencia. Memorial de la Patria, tomo II, Ed. La Bastilla, Bs. As., 1980.
Calvo, Nancy, Di Stéfano, Roberto y Gallo, Klaus, Los curas de la Revolución, Ed. Emecé, Bs. As., 2002. ISBN 950-04-2396-0
Galmarini, Hugo, La conspiración de Tagle, Revista Todo es Historia, nro. 133.
Carbia, Rómulo, La Revolución de Mayo y la Iglesia, Ed. Nueva Hispanidad, Bs. As., 2005. ISBN 987-1036-30-2
Nació en Buenos Aires el 13 de octubre de 1775. Estudió en el Colegio San Carlos. Siguió después Teología en la Universidad de Charcas, donde se ordenó sacerdote.
Se radicó en Lima, donde fue secretario del arzobispado hasta 1810. Enterado de los hechos de Mayo, siendo partidario de la emancipación, decidió volver a Buenos Aires. El virrey del Perú lo hizo encarcelar y lo envió a España, a disposición del Consejo de la Regencia.
Permaneció varios años encarcelado en Cádiz. Al quedar libre se vinculó con el Gral. Miranda y otros patriotas revolucionarios.
En 1813 regresó a Buenos Aires, donde fue miembro de la “Logia Lautaro”, grupo de presión política que tuvo influencia decisiva en los acontecimientos patrios.
Participó de la Asamblea del Año XIII. Autorizó el primer Reglamento para la Administración de Justicia e integró la comisión para la fundación del Colegio Militar.
En 1816 actuó en la Junta de Observación, donde fue decidido opositor de Balcarce, por entonces Director Supremo.
En 1821 tomó parte de la revolución de Tagle y al año siguiente se estableció en Chile. Allí fue periodista, combatiendo con tenacidad y rigor a los unitarios de Buenos Aires. Defendía a las provincias que aspiraban organizarse políticamente bajo la responsabilidad de sus propios hombres.
Falleció en Buenos Aires, a los 56 años, el 25 de enero de 1831.
Anchoris fue uno de los grandes constructores de los cimientos de nuestra nacionalidad, poco conocido, más, felizmente una calle de nuestra ciudad lleva su nombre.
Bibliografía:
Jani J.: “Algo sobre E. Ríos y su primer diputado doctor Ramón Anchoris...” Revista Eclesiástica Bs.As. 1912.
Cutolo V. : “Diccionario Biográfico Argentino”. Tomo I.
Anchoris. Calle. Topografía:
Corre de N. a S. desde 1300 a 3400, desde Salvat 1300 a Washington 1300.
Atraviesa los barrios Parque Field, La Cerámica y Cuyo.
En este último tramo es paralela a Medrano y Machain.
Se le impuso este nombre por O. N° 25 de 1920.
Recuerda al sacerdote Ramón Anchoris (1775 – 1831) quien fuera tanto ortodoxo en materia de fe como en la política, de ahí su inmediata incorporación a las filas de la libertad.