ANCASTe (Batalla)

El retorno a Buenos Aires de las tropas que habían actuado en la guerra contra el Brasil permitió al grupo unitario llevar a cabo sus planes. El general  Lavalle, jefe del ejército depuso a Dorrego, federal a ultranza y se erigió al frente del gobierno, el 1º de diciembre de 1828.


Lo persiguió sin límites, llegando a fusilarlo en Navarro (provincia de Buenos Aires)  provocando  esa muerte  una creciente reacción entre las fuerzas federales,  tanto que Estanislao López (caudillo por Santa Fe)  con su ejército decidió enfrentarlo junto a tropas de don Manuel de Rosas.


La derrota de Lavalle en Puente de Márquez por las fuerzas nombradas, en abril de 1819 debilitó al grupo unitario porteño y después  de  dos pactos: el de Cañuelas y el de Barracas.


 Lavalle se retiró al Uruguay y fue reemplazado como gobernador por Viamonte.


Designación que duraría muy poco  porque el 6 de diciembre de 1829, los legisladores eligieron a Juan Manuel de Rosas gobernador con “Facultades extraordinarias”  es decir  dueño de dictar leyes que él considerase necesarias, confiriéndole el grado de Brigadier reconocido en toda la República.


Con ello se auguraba un gobierno despótico, para quienes no pensaran como él.


Facundo Quiroga, otro federal a ultranza,  tormentoso, contradictorio y perfilado en un drástico juego de luces y sombra fue designado comandante de Armas de La Rioja.


Facundo Quiroga, grande, excesivo, tanto en el bien como en el mal porque su genio no reconocería limitaciones, como si una fuerza de la naturaleza lo empujara siempre, empezó por celebrar con un gran banquete la muerte de Dorrego a las pocas horas de producida, así dice Domingo Faustino Sarmiento en su obra “Facundo”.


El primer encuentro bélico después de algunas evoluciones militares se produjo en Tablada el 6 de junio de 1829 donde el Tigre de los Llanos fue vencido en franca lucha  pese al impulso arrollador de sus fuerzas federales  por la táctica serena y segura del Gral. Paz.


Con referencia al segundo choque nos dice Sarmiento: “Al fin en 1830 sale un nuevo y formidable ejercito (de Quiroga) para Córdoba compuesto de las divisiones reclutadas en La Rioja, San Juan, Mendoza y San Luis.


El general Paz, deseoso de evitar la efusión de sangre, aunque estuviese seguro de agregar un nuevo laurel a los que ya ceñían sus sienes, mandó al mayor Paumero, oficial de prudencia, energía y sagacidad al encuentro de Quiroga, proponiéndole no sólo la paz, sino una alianza.


Créese que Quiroga iba dispuesto a abrazar cualquier coyuntura de transacción, pero las sugestiones de la Comisión mediadora de Buenos Aires, que no  tenía otro objetivo  que evitar toda transacción, el orgullo y la presunción de Quiroga, de verse a la cabeza de un nuevo ejército más poderoso y mejor disciplinado que el primero, le hicieron rechazar la propuestas pacíficas del modesto general Paz.”


 Se desató una guerra feroz con el triunfo de los federales.


En efecto, ese sangriento combate, acaecido en Ancaste pudo haberse evitado. El lugar de dicho combate se encuentra en una sierra, siendo un extenso cordón serrano, rama austral del Aconquija que comienza a la altura de la ciudad de Catamarca.


En efecto, ese sangriento encuentro, acaecido en Ancaste pudo haberse evitado.


Es importante destacar que actualmente Ancaste es una bella localidad del Este de Catamarca, cabeza del departamento homónimo.


Se encuentra a 88 kilómetros de Catamarca (ciudad) y cuenta con una población de poco más de 3000 habitantes.


Se ubica en una meseta accidentada y rodeada de bosques y el río Icaño.


Es una de esas localidades que vale la pena ver en cada estación porque en cada una nos aguardan paisajes singulares.

 

 

 

 

Bibliografía:
Saldías A.: “Historia de la Confederación Argentina ”Tomo II.
Best F.: “Historia de las Guerras Argentinas” Tomo I Bs.As., 1960.

Ancasti. Pasaje. Topografía:
Corre de N. a S. desde 3400 a 3599, entre las calles 27 de Febrero y Gálvez. El segundo tramo entre prolongación calle Gaboto y Garay y al pasaje 1108 entre las calles Deán Funes y Saavedra, paralelos a Avellaneda.
Se le impuso ese nombre por D. N° 4670 del 16 de septiembre de 1977.
Recuerda al sangriento combate entre las fuerzas de Quiroga y el Gral. Paz.