ALVAREZ DE ARENALES JUAN ANTONIO (1770-1831)

A pesar de no ser natural de nuestro suelo fue completamente argentino por adopción de patria y por la formación de su hogar en Salta. En efecto llegó al Río de la Plata como cadete del regimiento fijo de Buenos Aires cuando apena tenía catorce años.

Nunca imaginó Arenales que su destino sería, representar una de las figuras más admirables de la guerra de la Independencia.

Su lugar de nacimiento fue Reynoso, Castilla la Vieja, España el 13 de junio de 1770. Hijo de noble alcurnia, y como predestinado para la misión que le tenía Dios, por cumplir, recibió la más esmerada educación y las más bellas condiciones morales. Así resultó religioso, justo sin desviación, integro y amante de la verdad al extremo, como empeñoso e impertérrito en su palabra como valioso hasta el heroísmo en sus accione.

Comenzó sus estudios en Galicia, abrazando después la carrera militar, obteniendo los cordones de cadete en el regimiento de Burgos.

Muy joven viajó a Buenos Aires. Fue destinado por el virrey al Alto Perú. Administró justicia y vivió en aquellos pueblos, en el limpio desempeño de sus funciones pudo demostrar sus valores.

Arenales fue uno de los que en 1809 adelantándose a los acontecimientos emancipadores, agitó la bandera de la libertad americana en Chuquisaca.

Por esta tentativa fue preso y confinado a Lima donde se plegó al Ejército Patriota después de la batalla de Tucumán, encontrándose como valioso elemento en la de Salta.

Desamparado, rodeado de dificultades, casi sin esperanzas de vencer, venció sin embargo en la batalla de la Florida donde fue gravemente herido.

Nos dice Virginia B. de Massey: "Más que las medallas con las que la patria atestiguó su gratitud y reconocimiento, Arenales conservó durante toda su vida y podo ostentar con orgullo las enormes cicatrices que desfiguraban su rostro, como una prueba evidente de su valeroso comportamiento en ese combate de la Florida librado en Bolivia en 25 de mayo de 1814."

El Coronel Juan Antonio Alvarez de Arenales junto al coronel Warnes se encargaron de la desesperada empresa de mantener viva la fuerza de la independencia en el Alto Perú, en verdad con sólo un mínimo batallón con 165 fusiles y dos escuadrones de caballería, el que se enfrentó al ejército español.

Esta batalla determinó la retirada de los hispánicos de Salta.

Arenales permaneció en Tucumán prestando siempre el concurso de una incansable actividad y sus luces en el desempeño de comisiones importantes.

Fue nombrado gobernador de Córdoba en 1819, pero al establecerse la anarquía en nuestras tierras, decidió ir a Chile, para ponerse a las órdenes del Gral. San Martín, quien estaba preparando la expedición al Perú, quien lo honró siempre con el tratamiento de compañero, tanto en la correspondencia como en el trato familiar, siendo Arenales el único general de los de su tiempo que obtuvo tan señalada y constante distinción hasta en los actos de etiqueta.

 

Mitre cuenta de él " El Gral. Arenales, sin dejar de tener un corazón bondadoso, generoso y noble, tenía el defecto de ser poco cortesano, urbano, amable: era un hombre de una pieza; severo, inflexible, ríspido. En sus campañas no tenía más que un solo ayudante. Él mismo ensillaba su mula y herraba perfectamente, él herraba su caballo y su mula; en las marchas cargaba un par de alforjas en su silla, en la que llevaba una servilleta con un pan y queso, un cubierto, un pedazo de carne asada y un poco de maíz tostado, este era su alimento favorito."

Una enfermedad de la garganta terminó con su vida en Moraya (Bolivia) el 4 de diciembre de 1831.

 

 

 Bibliografía:

Udaondo E.: "Diccionario biográfico argentino" Bs. As., 1938.

Mitre B.: "Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina" Bs.As., 1866.

Massey, Virginia B.: "Semblanzas Argentinas (bosquejos biográficos)." Peuser. Buenos Aires, 1928.

 

 

Arenales. Pasaje. Topografía:

Corre de E. a O. desde el 100 al 199, desde Francia a Iriondo 200 bis paralelo a Junín 100.

Se le impuso ese nombre por Ord. 3 de 1905.

Recuerda al Gral. Arenales (1770 – 1831) militar y político de gran desempeño en el Alto Perú, en defensa de nuestra soberanía.