ALVAREZ AGUSTÍN (1857 – 1914)

"Había visto la tragedia casi al nacer; sus consecuencias le maduraron el carácter antes de abandonar del todo la niñez y la vida rigurosa le enseñó a ser sufrido, observador y bondadoso; en verdad quedó huérfano a los cuatro años. Sus padres murieron en el terremoto de 1861.


Nacido  en Mendoza, el 15 de julio de 1857, el paisaje influyó en su espíritu donde se conjugarían lo pétreo de la cordillera con la  dulzura silenciosa del lugar donde naciera.


"Si veía defectos no era para especular con ellos y mucho menos para una ampliación del afán de criticar, sino para procurarles, por algún modo práctico, el remedio adecuado" - expresa González Arrili.


Estudió en el Colegio Nacional de Mendoza, donde encabezó una revuelta estudiantil para obtener reformas en los planes de estudio.


Un día dejó su tierra donde el horizonte lo formaban  los perfiles de las montañas para arribar a Buenos Aires donde encontró un pueblo activo y sólo preocupado ante todo y sobre todo por la carrera presidencial.


A los 18 años, cuando ocupaba la primera magistratura, el Dr. Nicolás Avellaneda,  solicitó una beca para ingresar en el Colegio Militar de la Nación al ministro de Guerra y Marina, Adolfo Alsina, de donde egresó en 1879, como teniente segundo, siendo destinado de inmediato al batallón  “ Nueva creación”.


Muerto Alsina, la vacante la ocuparía  el Gral. Roca, como ministro de Guerra  y al resolver de inmediato la ocupación del Río Negro, el flamante oficial Agustín Alvarez fue ingresado a la expedición a las órdenes del coronel Uriburu.


Próspero fue su transitar: militar, político y escritor. Aparte de una larga serie de folletos y de incontables artículos periodísticos - elogiados en su hora por Eduardo Wilde - produjo "South America",1894; "Manual de patología política", 1899; ¿Adónde vamos?,1904; "La transformación de las razas en América", 1908; obra que lo  encolumnó  en el cuadro de los grandes escritores argentinos.


Sus libros guardan su fórmula moral individual o ciudadana, afirmada en un aforismo, según el cual, la libertad no es más que un bien que un pueblo se da a sí mismo y que solamente prospera en razón de su dignidad.


También como hombre de pensamiento hizo de sus escritos instrumentos de acción y de combate,  en las columnas de la revista “La agricultura de Buenos    Aires”  y en los diarios “La Tribuna”, “El Nacional”, “The Times” de Londres, en los que hizo gala de artículos políticos de envergadura.


De regreso a Buenos Aires se encontró con una campaña presidencial enredada, cuando Roca y Tejedor se disputaban el poder, traducido en sangrientos combates en junio de 1880.


El Gobierno apoyaba al primero y  el último se levantó en armas contra el Poder Ejecutivo y Alvarez no pudiendo sustraerse, tuvo activa participación en los hechos, siendo herido en el choque de Puente de Márquez.


Triunfante Roca en la contienda electoral,  asumió como Presidente de la Nación, que desempeñaría desde 1880 a 1886.


Cuando por orden de los altos mandos se prepararon una serie de campañas que quebraron el poderío indígena, a Agustín Alvarez se le encomendó  desplazarse a  la frontera de Azul y Guaminí, integrando  tropas que exterminaron los malones logrando efectivamente que los pobladores rurales tuvieran seguridad y desaparecieran los  saqueos y raptos de personas.


El joven militar no estaba predestinado a quedarse sólo con las armas y tardó en comenzar  a estudiar abogacía, graduándose 1889. Enrolado en  las huestes  políticas,  fue electo diputado nacional por Mendoza.


En marzo de 1913, estando en  Londres sufrió un ictus cerebral, del que se recuperó parcialmente, pero a consecuencia de un segundo episodio, el 15 de febrero de 1914 falleció en Mar del  Plata.


José Ingenieros hizo el siguiente retrato: “Fue Agustín Alvarez un raro ejemplar de hombre sincero, en quien se igualaban la firmeza y la virtud. Sociólogo, moralista y educador, pensó siempre en voz alta, seguro de sí mismo, generoso de su saber, fiel a sus doctrinas, sencillo siempre, agudo, penetrante, bueno. Bueno en primer término, optimista como todos los buenos y como todos los optimistas, sereno y estoico.”

 

Bibliografía:
Pettorutti E.: “Centenario del nacimiento de Agustín Alvarez” Buenos Aires. 1957. Historia de la cultura mendocina. Mendoza, 1943.

Alvarez. Cortada. Topografía:
Corre de E. a O. desde el 100 al 699, a la altura de Bv. Rondeau 3400, barrio La Florida.
 Se le impuso ese nombre por O. N° 60 de 1940.
Recuerda al educador y humanista Agustín Alvarez (1857- 1914) que fuera también abogado, militar, político y escritor.