ALGARROBO

Cuando los conquistadores hispanos penetraron al actual territorio argentino, la extensión de los bosques era superior a la actual.


Las ciudades fueron fundadas de acuerdo con las Leyes de Indias, en tierras de temple sano, con buenas aguadas y montes para leña.


En las zonas aledañas a las nacientes poblaciones los bosques sufrieron paulatina destrucción; ya fuera para librar campos de cultivo, ya para ser consumidos como leña o empleados en la construcción de viviendas o el rústico ajuar doméstico.


Testimonio de ello es la disposición dictado en 1590 que prohibió la tala del algarrobo: árbol que fuera sombra, madera, pan y vino de los primeros hombres de América.


Un poeta de fuerte acento nacional dijo: “Es el algarrobo el árbol que me mejor pulveriza las estrellas” y según Juan A. B. Molina en “Postas Argentinas” dice que para comprender mejor esta expresión “se deben conocer las características propias del árbol, se trata sin vacilación alguna de su follaje.


Sus hojas bipinadas con el ápice redondeado permiten aprecian que acontece en las alturas cuando llega la noche y el cielo se cubre de constelaciones”.


El algarrobo es un árbol de hasta 10 metros de altura, aunque su altura media es de 5 a 6 metros; es dioico y es de follaje perenne. Tiene hojas paripinnadas de color verde oscuro con una dimensión de entre 10 y 20 cm de largo.


Es una especie de gran rusticidad y resistencia a la sequía, pero es de un desarrollo lento y solo comienza a fructificar después de unos siete a diez años desde la plantación, obteniendo su plena productividad a los quince o veinte años.

 

Las flores son pequeñas, apétalas, de simetría radiada, color verde-amarillento y se reúnen en racimos caulógenos erectos que surgen de las ramas más viejas del árbol.


El fruto, llamado algarroba o garrofa, es una vaina coriácea de color castaño oscuro, de 1 a 3 dm de longitud, que contiene una pulpa gomosa de sabor dulce y agradable que rodea las semillas. Las vainas son comestibles y se usan como forraje.


Suele tener una buena producción cada dos años, oscilando entre 90 y 200 kg de fruto en árboles maduros, haciéndose la recolección a partir del mes de agosto, mediante vareo o directamente del suelo.


Las semillas están recubiertas por un tegumento duro que impide la imbibición de agua, este motivo hace que su germinación sea muy lenta. Cuando el tegumento externo se rompe, la semilla absorbe agua con bastante rapidez, facilitándose así la germinación.


En la antigüedad las semillas de este fruto fueron el patrón original del quilate -la unidad de peso utilizada en joyería- para pesar gemas y joyas debido al tamaño y peso notoriamente uniformes de las semillas. De su nombre griego, keration, proviene el nombre del quilate.


Usos: Algarrobo joven usado como forraje por un rebaño de cabras, Llombay, provincia de Valencia.


El fruto, la algarroba, una vez maduro, puede consumirse crudo, debiendo tenerse un poco de cuidado de retirar o no morder las semillas porque son muy duras.


Con la algarroba es posible preparar un sucedáneo del chocolate llamado carob (que es algarrobo en inglés), muy utilizado en alimentos dietéticos. Hojas tiernas y frutos constituyen un buen alimento para el ganado.


El uso de la madera de algarrobo varía según las especies y regiones pero, en general, se utiliza para combustible e infraestructura rural, siendo notable la demanda que existe para carpintería y fines artesanales, es decir, para la construcción de muebles.


Hay que tener en cuenta que también se puede reducir la absorción intestinal de otras medicaciones como: penicilina o sales de litio.

algarrobo.html

 

Bibliografía:

Chiozza E.: "El país de los argentinos". Tomo I.

 

Algarrobo. Pasaje. Topografía:

Corre de E. a O. desde Mont Cenis hasta Valentín Gómez, paralelo a camino límite del Municipio.

Se le impuso el nombre por Decr. 4668 del 16-09-1977.

Recuerda a un típico árbol argentino.