Aizpurúa, hombre de mirada profunda, rostro sereno, nació en San Sebastián, capital de España en 1774, pero desde muy joven se afincó en la ciudad de Buenos Aires, por entonces capital del Virreinato del Río de la Plata.
Ni bien arribado trabajó como piloto en los mercantes que unían el Río de la Plata con la metrópoli y para 1800 era primer piloto del bergantín El Tigre.
Navegó el Río de la Plata y recorrió varias veces el itinerario entre Canarias y nuestra capital.
Adhirió a la revolución de mayo de 1810 y siguió en su oficio durante los siguientes años hasta convertirse en uno de los principales expertos del río, hasta el punto de ser el descubridor de un nuevo banco entre los conocidos como Ortiz y Chico, por lo que en 1826 el almirante Guillermo Brown, comandante de la flota argentina durante la guerra del Brasil, lo designó Piloto Mayor de la escuadra republicana.
El Gral. Bartolomé Mitre escribió un artículo encomiástico sobre los servicios y vastos conocimientos hidrográficos del navegante Benito Aizpurúa.
Su actuación fue fundamental, dado que el conocimiento preciso del río era imprescindible para la exitosa estrategia defensiva de Brown quien ante su abrumadora inferioridad de recursos utilizó hábilmente la escasa profundidad del puerto y las dificultades de sus canales de acceso.Aizpurúa había traducido sus conocimientos del río en cartas náuticas que fueron oportunamente adquiridos por el gobierno por recomendación de Brown.
Esos planos fueron posteriormente recopilados en su Carta esférica del Río de la Plata, en la América del Sur, levantada por don Andrés Oyarbide; y corregida todo el interior del río desde el meridiano de Montevideo, en los años 1823, 24 y 25, por don Benito Aizpurúa, piloto de altura y práctico de dicho río.
En 1824 publicó un folleto ilustrativo y detallado del Mar Dulce, como llamara lo llamó Solís al de la Plata, estableciendo del derrotero de las aguas desde las fuentes hasta su desembocadura, donde las corrientes impetuosas consiguen limpiar los detritos depositados por sus afluentes formando un estuario.
En su boca, el mar penetra, en su lecho y los ríos bajantes, el Paraná y el Uruguay forman más arriba un estuario con una multitud de islas en abanico.
Esos planos fueron posteriormente recopilados en su Carta esférica…
A instancias de su superior, el gobierno compró todas sus cartas náuticas y planos sobre el Río de la Plata, obra que denominó “Carta esférica del Río de la Plata en la América del Sur, por don Andrés Oyarbide y corregido todo el interior del río desde el meridiano de Montevideo en los años 1823, 24, 25 por don Benito Aizpurúa, piloto de altura y práctico de dicho río.
Este trabajo, Aizpurúa lo editó en inglés y castellano, valioso aporte para el Comandante de la Armada, Guillermo Brown, quien lo utilizó para asestar golpes decisivos a los agresores.
Los Pozos, Quilmes y Juncal constituyeron eslabones de una cadena enhebrada con heroísmo, talento y fehaciente investigación del campo de acción.
Reitero: En 1826 el Almte. Brown le confió el cargo de Piloto mayor de la escuadra nacional durante la guerra con el Brasil, demostrando su competencia y conocimiento del estuario.
Posteriormente, como práctico mayor y encargado de boyas, fue designado examinador de los prácticos dado que, según lo expresaba el comandante de marina, poseía “todos los conocimientos necesarios como facultativo del ramo” y que “servicio, sino que debe incluirse en seguridad de la navegación en esas aguas argentinas.
Murió el 11 de diciembre de 1833 lejos de su tierra natal frente al río que le había sido tan familiar.
Piccirilli R., Romay y F. Gianello L.: “Diccionario Histórico Argentino” Tomo I. Ediciones Históricas Argentinas.
Yaben: “Biografías argentinas y americanas” Tomo I.
Corre de E. a O. en la manzana limitada por las calles Biedma, Ricchieri, Presidente Quintana y Suipacha.
Denominación impuesta por decr. 4670 del 16 de setiembre de 1977.
Recuerda al marino español de ese nombre quien fue piloto mayor de la Escuadra Nacional, fallecido en 1833.