AGUARIBAY

Lo único que nos queda para oxigenar el empobrecido aire que respiramos es el árbol”, según José Lo Valvo, intendente de Rosario en 1948.


El culto al árbol, es un legado de los pueblos antiguos que en ceremonias sencillas, guiados por un espíritu poético le rendían un tributo en sus oraciones.


Los más famosos poemas antiguos denuncian el culto que los hombres profesaban al árbol, sugestionados por la creencia de que en el seno de su follaje o en la oscuridad de su sombra residía el poder misterioso de las fuerzas del bien y del mal.


Hoy para nosotros, el árbol es luz, es sombra, es vida, es la esencia de la Tierra donde vivimos.


El llamado aguaribay en el centro de la Argentina (Schinus areira) es un árbol de la familia de las anacardiáceas, del género conocido como molles o árboles de la pimienta.


Su nombre científico Schinus molle fue asignado por Linneo.


En su Crónica del Perú, escrita entre los años 1540 y 1550, el cronista de la Conquista Pedro de Cieza de León dedica un capítulo (CXII) sobre este árbol y su utilización entre los antiguos peruanos, como la obtención de un brebaje alcohólico y otros productos:
"De una fruta muy menuda que cría este árbol hacen vino o brebaje muy bueno, y vinagre; y miel harto buena, con no más de deshacer la cantidad que quieren de esta (sic) fruta con agua en alguna vasija, y puesta al fuego, después de ser gastada la parte perteneciente, queda convertida en vino o en vinagre o en miel, según es el cocimiento" (Cieza de León, 1984, p. 380).


Es un árbol de gran tamaño originario de las zonas secas del Oeste de la América Central y del Sur.


Crece en forma silvestre en el centro y norte de nuestro país,desde la provincia de Córdoba hasta Jujuy.


Se encuentra en la región del “monte occidental” situado al Oeste del parque chaqueño y del bosque pampeano, hasta las faldas andinas, donde se confunde con la zona seca de la selva tucumana-boliviana hasta el norte de Neuquén y de allí cruza en línea recta el territorio de Río Negro, hasta el Atlántico, un más al sur de la península de Valdés.


Es cultivado en muchas zonas de nuestro país, por su resistencia a las sequías y a los fríos, constituye uno de los mejores elementos para la reforestación de estas áreas secas.


Domingo Cozzo en “La Argentina Forestal” menciona los otros nombres comunes que recibe según las regiones: molle o pimiento atacameño en Chile, molle del Perú en Catamarca, molle de Bolivia en Jujuy), molle de Castilla en Jujuy, como también Gualeguay, pimiento, pimentero, árbol de la pimienta, terebinto, pimiento del diablo, bálsamo, curanguay y mulli, más al Sur.


Debido a que el fruto se consume como sucedáneo, o reemplazo de la pimienta, en las provincias del centro de la Argentina se lo denomina falso pimiento, y en la cocina latinoamericana tiene lugar específico.


Debido a que el fruto se consume como sucedáneo, o reemplazo de la pimienta, en las provincias del centro de la Argentina se lo denomina falso pimiento, y en la cocina latinoamericana tiene lugar específico.


Por su vasta copa se lo aprecia en jardinería, aunque es excesivamente grande para uso urbano, salvo en parques o predios abiertos.


Se emplea también el aceite esencial obtenido de los frutos, de color amarillo ambarino y olor acre; los principales ingredientes de este son el carvacrol, el felandreno, el formiato de 3-metilpentanol y el terpineol.


La resina, conocida antaño como mastix americana, se usaba como purgante. De la corteza y las hojas aromáticas se preparaban emplastos para las úlceras e hinchazones cutáneas; además  se le atribuyen propiedades emenagogas.


Rindamos homenaje a este noble amigo de los argentinos.

aguaribay.html

 

Bibliografía:

Carnevale J:  "Árboles forestales."

Aguaribay.  Cortada. Topografía:

Corre de E. a O.  entre las calles Acevedo y Maradona al N. del Bv. Argentino, barrio de Fisherton.
No tiene designación oficial.
Recuerda al árbol llamado también de la pimienta, molle, arocira, arnera y aguaratba. Es término guaraní.